Por: Erik Struyff Palacios Corresponsal
BRUSELAS. Fueron 22 de los 27 países de la Unión Europea los que le asestaron el lunes un duro golpe a los transgénicos, al apoyar a Austria y Hungría en su decisión de mantener la prohibición al cultivo del maíz MON 810 —de la estadounidense Monsanto—en su territorio.
La toma de posición de los ministros europeos de Medio Ambiente hace presagiar que próximos votos auspiciados por la Comisión Europea para levantar los vetos a este cultivo en el Viejo Continente fracasarán.
La UE autoriza la comercialización y uso de transgénicos, pero una sola semilla (MON 810) es cultivada en su territorio tras haber sido homologada hace 10 años, en 1998. La legislación comunitaria, sin embargo, permite a los estados miembros prohibir temporalmente su cultivo por razones medioambientales o sanitarias.
A esta posibilidad de moratoria han recurrido Austria, Hungría, Francia y Grecia para mantener su agricultura libre de organismos genéticamente modificados.
La Comisión Europea, amparándose en el dictamen de su propio panel científico y varios estudios internacionales, viene presionando a los estados miembros reticentes a permitir el cultivo del MON 810 a cambiar de actitud. La razón de fondo es comercial: los países productores de transgénicos, como Estados Unidos y Canadá, han perdido la paciencia con la UE y la han denunciado ante la Organización Mundial del Comercio por obstaculizar la libre venta y uso de sus semillas.
POLÉMICA
Mientras que una serie de estudios científicos demostrarían que el maíz MON 810 de Monsanto es igualmente benéfico que el maíz no manipulado, otros informes no menos frondosos sostienen que su cultivo sería dañino para el medio ambiente.
Organizaciones como Green-peace y Friend of the Earth (FOE) celebraron el lunes el resultado del Consejo de Medio Ambiente: “Este voto demuestra que los países europeos no se dejarán arrastrar a una toma de decisiones incoherente que afectaría a su medio ambiente, a su agricultura y a sus ciudadanos”, dijo Helen Holder de FOE.
Las organizaciones ecologistas temen que el maíz de Monsanto, diseñado para autogenerar una toxina insecticida, haga que las plagas sean más resistentes y dañe el ciclo vital de otros seres vivos, en especial los cultivos ecológicos.
Organizaciones como Green-peace y Friend of the Earth (FOE) celebraron el lunes el resultado del Consejo de Medio Ambiente: “Este voto demuestra que los países europeos no se dejarán arrastrar a una toma de decisiones incoherente que afectaría a su medio ambiente, a su agricultura y a sus ciudadanos”, dijo Helen Holder de FOE.
Las organizaciones ecologistas temen que el maíz de Monsanto, diseñado para autogenerar una toxina insecticida, haga que las plagas sean más resistentes y dañe el ciclo vital de otros seres vivos, en especial los cultivos ecológicos.
SEPA MÁS
La situación aún no es clara en el país
En el Perú aún se encuentra en discusión la propuesta de reglamento de bioseguridad que regirá la producción y el uso de los organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos. Los involucrados en el tema son los ministerios de Salud, Agricultura, Producción y del Ambiente.
En 1999 se promulgó la Ley de Prevención de Riesgos Derivados del Uso de la Biotecnología (27104), la cual tiene entre sus finalidades “proteger la salud humana, el ambiente y la diversidad biológica”.
La norma se aplica para la investigación, producción, introducción, manipulación, transporte, almacenamiento, conservación, comercialización, uso confinado y liberación de los OGM.
En 1999 se promulgó la Ley de Prevención de Riesgos Derivados del Uso de la Biotecnología (27104), la cual tiene entre sus finalidades “proteger la salud humana, el ambiente y la diversidad biológica”.
La norma se aplica para la investigación, producción, introducción, manipulación, transporte, almacenamiento, conservación, comercialización, uso confinado y liberación de los OGM.
El Comercio, 04/03/2009