miércoles, 29 de octubre de 2008

Aráoz se opone a etiquetar los transgénicos

La titular de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Aráoz, rechazó la propuesta del ministro del Ambiente, Antonio Brack, que busca que las etiquetas de los alimentos informen si estos contienen transgénicos. Aráoz refirió que “no apoyo el etiquetado porque significa muchos costos adicionales tanto para el consumidor como para el productor. Creemos que se debe poner reglas al ingreso de transgénicos para proteger el ambiente y la salud, pero no debe haber normas que encarezcan su venta”.
Respecto al pedido del ministro del Ambiente, Antonio Brack, para que se dé prioridad al cultivo de alimentos orgánicos y no al de transgénicos, la ministra consideró que “nos interesa promover la exportación de orgánicos, pero su exportación es marginal en el comercio mundial y en el nuestro”.
En tanto, se canceló la reunión anunciada por el ministro de Agricultura, Carlos Leyton, con su colega Brack, en la que se discutirían los pro y los contra de los transgénicos.
Perú.21, 29/10/2008

"Los transgénicos benefician a pocos"

ENTREVISTA. SACHA BARRIO

El especialista en nutrición subraya que sería desventajoso para nuestro país introducir organismos genéticamente modificados.

El tema de los transgénicos está en debate. ¿Deben o no ingresar estos productos al país?
El ministro del Ambiente, Antonio Brack, propuso que el Perú esté libre de transgénicos. Y ello es realmente lo que nos conviene. Sería tremendamente desventajoso para el Perú, desde el punto de vista económico, introducir transgénicos. Hay que tener en cuenta que en nuestro país solo el 6% de nuestro territorio es apto para la agricultura. Entonces podemos sembrar poca cantidad, pero con óptima calidad. No tenemos esas grandes pampas de Argentina o de Brasil para hacer agricultura intensiva, y para cultivar transgénicos se necesitan grandes extensiones de terreno. No es económico y creo que no hay espacio para ello.

Ahora se discutirá la política sobre los transgénicos. ¿Qué lineamientos cree que deba tener?
Tenemos una biodiversidad tremenda. Creo que los transgénicos beneficiarían solo a unos cuantos. Creo que es interés de todos hacer que el Perú sea un país libre de transgénicos. Hace pocas semanas visité Chile y escuché la conferencia del director de una gran corporación sobre las tendencias del mercado, en la que se aseguró que la tendencia creciente en ese país es que el público ya no quiera transgénicos. Esa es una realidad en Europa, Japón y lo va a ser en el Perú en los próximos años, pues va a haber una fuerte tendencia a preferir lo no transgénico.

Se habla del tema de los productos etiquetados...
Así es. Ahora que se ha firmado el tratado de libre comercio con EE.UU. se importarán muchos productos; por ello, debemos exigir que los transgénicos estén etiquetados, porque es una manera de proteger nuestro mercado y, por cierto, la salud de la población. El etiquetado es importante por ser un tema médico. Si yo como médico veo a un paciente que tiene alergias, afecciones y no sé que le han dado de comer o no aparecen los componentes en la etiqueta, entonces nunca voy a poder rastrear y tener estadísticas sobre este mal. Creo que todos los productos importados deben estar etiquetados.

¿Quiénes deben legislar sobre el tema de los transgénicos?
En este tema hay muchos intereses. Sabemos, por ejemplo, que el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), no puede ser juez y parte. Pese a que es un instituto que se dedica a investigar, su política está abiertamente a favor de los transgénicos; lo que está tratando de hacer es facilitar el ingreso de estos y ello creo que no es de su competencia. Reitero que debemos declarar al Perú como país libre de transgénicos. No se debe permitir la agricultura con organismos genéticamente modificados porque sería contaminar nuestra biodiversidad. No hay que olvidar que el Perú es un país megadiverso y para proteger esta riqueza no se deben liberar semillas transgénicas. Somos el centro de origen de milenarios productos nativos.
El Comercio, 29/10/2008

miércoles, 22 de octubre de 2008

Manuel Luque: Los transgénicos y la seguridad alimentaria

El proyecto de ley de promoción de la biotecnología moderna en el Perú contiene artículos que promueven la introducción de organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos. Estos son aquellos a los que se les ha incorporado genes de otras especies para lograr una característica deseada.
Se atribuye a los transgénicos la solución de la crisis alimentaria del mundo por la mayor productividad en los cultivos, con beneficios de más tiempo de preservación del alimento sin refrigerar, menos necesidad de plaguicidas, resistencia de la planta a determinados virus o plagas, a sequías, a la salinidad del terreno, a temperaturas extremas y a patógenos; con genes que le dan propiedades repelentes a los insectos, a la tolerancia a herbicidas.
Se ha vinculado a la ingesta de alimentos transgénicos con afecciones alérgicas, resistencia a los antibióticos y casos de mutaciones genéticas. La Organización Mundial de la Salud reconoce efectos potenciales para la salud por transferencia horizontal de los genes, especificando que los genes modificados de los alimentos transgénicos poseen una persistencia de efectos imprevisibles.
La incorporación de transgénicos compromete la seguridad alimentaria del país, al generarse una dependencia económica continua de las semillas transgénicas (OGM), las que en este escenario no serán de libre disponibilidad para el agricultor, pues en cada campaña de siembra tendrá que comprarlas. Las patentes impiden que el agricultor las use para la siguiente siembra; de otra forma estaría violando el derecho de propiedad intelectual y dentro del alcance del TLC con EE.UU. la empresa transnacional propietaria de la semilla podría acudir a tribunales internacionales para hacer valer sus derechos de propiedad intelectual ante los agricultores nacionales.
Se corre el riesgo de que, al amparo del proyecto de ley, nuestros recursos autóctonos puedan ser modificados genéticamente y luego nos los vendan como semillas transgénicas al amparo de la 'propiedad intelectual', con el argumento de lograr mayor productividad. Ello puede suponer la pérdida de variedades de plantas, al privilegiar el cultivo de solo unas pocas con alta productividad y verse desplazadas las variedades autóctonas.
Uno de los argumentos que se esgrimen para la introducción de transgénicos en nuestro país es el de alcanzar mayor productividad en los cultivos. En el Perú no se logra ello por falta de mecanización en el agro, por ausencia de riego tecnificado y de asistencia técnica al agricultor. Primero debemos solucionar estas causas básicas y endémicas de la baja productividad de nuestro agro, antes de pensar en los transgénicos.
La invasión de semillas transgénicas nos pondría en un escenario de "contaminación genética", poniendo en riesgo nuestro patrimonio genético y alimenticio. Nuestras exportaciones agroindustriales podrían contaminarse genéticamente por la polinización cruzada de OGM de cultivos adyacentes vía el viento, insectos, aves y otros vectores polinizadores, como también los cultivos orgánicos de exportación, que generalmente son de comunidades campesinas y pequeños agricultores.
Una alternativa frente a los transgénicos es patentar nuestros recursos genéticos para no perder las oportunidades que ofrece el mercado y evitar así la biopiratería a partir de nuestra biodiversidad. El Estado debe impulsar la creación de bancos de genes regionales, orientados a identificar, caracterizar y patentar genes, excipientes y principios activos contenidos en nuestras diversas plantas con propiedades curativas, nutritivas o comerciales e impulsar industrias regionales para dar valor agregado a estos recursos.
El Comercio, 20/10/2008

Etiquetado de transgénicos elevaría costo de alimentos

Además pone en peligro TLC con EE UU y Canadá y va contra normas internacionales de comercio.El Congreso retomó el debate del proyecto de ley que establece las normas complementarias a la Ley de Protección al Consumidor sobre Etiquetado de Alimentos Transgénicos.
En ese grupo de trabajo, el decano nacional del Colegio de Biólogos del Perú, Ernesto Bustamante, aseguró que el etiquetado no sólo pone en peligro la implementación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE UU y Canadá sino que los alimentos se incrementarían en un 35% aproximadamente. “Por caprichos ideológicos no podemos perturbar la implementación del TLC con esos países porque tanto Canadá como EE UU utilizan tecnología transgénica en la producción para insumos de alimentos”, explicó. Dijo que no había ninguna razón para etiquetar este tipo de alimentos porque sería estigmatizarlos y causar gran preocupación en la población. “Nadie se ha muerto por comer estos alimentos y además no está científicamente demostrado”, explicó.
Dijo también que la vacuna para la hepatitis “B” también es transgénica, la insulina, la vitamina “C” entre otros productos también son Organismos Genéticamente Modificados (OGM). “De qué nos estamos espantando, creo que hay una satanización de este término”, subrayó. OMCPor su parte, Manuel Quindivil, representante de la Cámara Peruana Americana (AmCham), quien también participó en la mesa de trabajo, dijo que la obligación del etiquetado –propuesto por la parlamentaria Fabiola Morales– implicaría un incumplimiento al acuerdo de obstáculos técnicos de la Organización Mundial de Comercio (OMC).Para el representante del departamento de Agricultura de los EE UU, Carlos Gonzales, el etiquetado de alimentos transgénicos solo debería proceder en casos relevantes para el consumidor.Dijo que en su país no hay tal requerimiento e indicó también que el 73% del maíz producido en ese país son OGM y el 91% de los ciudadanos lo consumen. El datoUn estudio hecho en Australia y Sudáfrica indica que la implementación del etiquetado para alimentos transgénicos eleva los precios en 30% y 35% respectivamente.
Expreso, 21/10/2008

sábado, 18 de octubre de 2008

Martha Meier M.Q.: Perú: territorio libre de transgénicos

¿Qué tienen en común el príncipe Carlos de Inglaterra y la ingeniera agrónoma ayacuchana Juana Huancahuari, congresista por el Partido Nacionalista Peruano?
¿En qué coinciden el notable chef peruano Gastón Acurio con la doctora Jane Goodall, etóloga y primatóloga que ha investigado por décadas a los chimpancés y babuinos de Gombe, Tanzania?
Estas personalidades tan disímiles, de canteras ideológicas diversas y distantes, extrañas las unas de las otras, de distintos países y diferentes especialidades están convencidas de que los cultivos y alimentos genéticamente modificados (GM), o transgénicos, no son una solución y si no más bien un nuevo problema para la salud humana, para el equilibrio ambiental y el desarrollo sostenible.
En días recientes la parlamentaria, ingeniera Juana Huancahuari anunció que impulsará un proyecto de ley que declara al Perú país megadiverso, natural, orgánico y libre de productos transgénicos. Esto --según explicó-- para "proteger la diversidad de especies, de recursos genéticos, de ecosistemas y de culturas del país, que permite ofrecer al mundo productos orgánicos y naturales". La iniciativa apunta a que se derogue toda legislación que bajo la falsa premisa de la "bioseguridad" permita y promueva el cultivo e importación de transgénicos en el Perú.
Y la cosa es para tomarla en serio. En el ADN de las semillas transgénicas se han introducido genes extraños a la especie original. Así, por ejemplo, virus y bacterias (en ocasiones también modificados genéticamente) que jamás formaron parte de la dieta humana ingresan en la cadena alimenticia y en los sistemas agrícolas. Como si esto no fuera suficiente, se está cruzando la barrera impuesta por millones de años de evolución que separa a las especies vegetales de las animales. Hoy por hoy, genes de polillas o de pescados se empiezan a introducir en tomates, fresas y una variedad de cultivos pretendiendo hacerlos más resistentes o productivos.
Gastón Acurio, destacado chef, investigador culinario y exitoso empresario, ha venido pronunciándose abiertamente en contra del ingreso de transgénicos al Perú. Ha puesto énfasis, además, en la ventaja comparativa de nuestro país como productor agrícola orgánico. En una entrevista concedida a RPP, repitió lo que ya había afirmado en la revista Somos: "La agricultura transgénica no es conveniente para la economía del Perú porque la naturaleza del Perú es una naturaleza de gran biodiversidad que le permite convertirse en la gran marca de productos orgánicos en el mundo y los productos orgánicos tienen un valor agregado, lo transgénico es para otro tipo de geografías y de climas". Recordemos que en el Perú se dan variadas especies utilísimas para la industria, la alimentación y la salud (baste poner un par de ejemplos: la uña de gato, potente antiinflamatorio y anticancerígeno comprobado, o el camu camu, con un contenido de vitamina C, 60 veces mayor al del limón).
Esta posición no debe verse como un cargamontón contra la investigación científica o el desarrollo tecnológico, sino todo lo contrario. Se trata simplemente de generar debate sobre el tema y brindar información oportuna a la población. Lamentablemente, los promotores de las semillas se han encargado de inclinar la balanza informativa hacia sus intereses con cuatro temas debatibles, discutibles y rebatidos por la propia data existente: seguridad, mayor productividad, mayor resistencia y posibilidad de erradicar el hambre.
"La respuesta es simplemente no", dijo el profesor Robert Watson cuando se le preguntó si los transgénicos podrían resolver el hambre mundial. Watson ha sido director del más grande estudio sobre el tema, realizado a lo largo de cuatro años y revisado por 400 expertos. Esta es la conclusión de un especialista que ha estado vinculado al Banco Mundial, a la Casa Blanca y que actualmente es científico en jefe del Departamento para el Medio Ambiente, Alimento y Asuntos Rurales del Reino Unido (Defra, por sus siglas en inglés).
Los transgénicos no resuelven el hambre y tampoco mejoran la productividad. Los datos demuestran que la soya modificada produce 10% menos que su equivalente no alterada. En abril de este año la Universidad de Kansas publicó los resultados de un estudio de tres años, realizado en el cinturón cerealero de Estados Unidos, que da cuenta también sobre la menor productividad del maíz, el algodón y la canola transgénica, con relación a sus similares naturales. Lo que confirma varios los resultados de estudios anteriores: el de la Universidad de Nebraska (2007) y del propio Departamento de Agricultura de Estados Unidos (2006).
El pasado 2 de octubre, el príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra, tildado de "ignorante" y "lúdico" por su defensa de la agricultura orgánica, se refirió, una vez más, a su preocupación por los alimentos y cultivos transgénicos. Fue durante la conferencia en memoria del fundador del movimiento de agricultura orgánica, Sir Albert Howard (1873-1947).
Explicó el príncipe que "la evidencia hasta el momento es que los rendimientos de los llamados 'supercultivos' son generalmente más bajos que sus contrapartes convencionales". Se refirió también al reporte del profesor Robert Watson que "lejos de abogar por los cultivos genéticamente modificados como una solución al hambre mundial, arguye a favor de más aproximaciones orgánicas, expresando una particular cautela sobre la concentración de la propiedad de los genes en las manos de unas pocas compañías".
Las compañías aludidas son, sin duda, Monsanto, Aventis, Syngerti, Dupont y Dow, que controlan el 85% de los alimentos a través de semillas, pesticidas y fertilizantes. En la actualidad Monsanto controla cerca del 90% de las semillas transgénicas. Junto a Dupont y Syngenta controla el 39% del mercado mundial de todo tipo de semillas y el 44% de semillas "patentadas".
No son una solución para el hambre global ni aumentan la productividad de los campos. ¿Qué hay de su seguridad para la salud?
Jon Tester, senador por Montana ante el Congreso de Estados Unidos, ha dicho: "La agricultura debe ser sostenible, el alimento sano y seguro y la gente tiene el derecho de saber qué es lo que está comiendo". Tester está en una batalla por lograr que en su país los alimentos transgénicos sean, por lo menos, etiquetados para que el consumidor conozca qué virus, bacteria, o gene de polilla se está llevando a la boca.
Sobre la inseguridad de estos alimentos se ha referido extensamente Jeffrey M. Smith en sus libros "Seeds of Deception", y "The Genetic Roulette". Smith es director ejecutivo del Instituto para la Tecnología Responsable, miembro del comité de Ingeniería Genética del Club Sierra, la más antigua, grande e influyente institución conservacionista de Estados Unidos, y autor y conferencista especializado en el tema de los transgénicos. Presentó ante la Agencia de Protección Ambiental Estadounidense (EPA, por sus siglas en inglés) un extenso informe sobre los peligros para la salud inherentes a los transgénicos. Allí cita inclusive un estudio de la propia Monsanto sobre su maíz Mon Bt 863 que reporta signos de toxicidad en hígado y riñones de las ratas alimentadas con tal producto. Según Smith, los transgénicos no son seguros y están vinculados a cientos de reacciones tóxicas y alérgicas, miles de casos de esterilización, enfermedad y muerte en ganado y daño a virtualmente todo órgano y sistema de los animales estudiados en laboratorio.
Expertos británicos del Comité Asesor del Gobierno en Alimentos y Procesos Novedosos lanzaron una alerta sobre los cultivos en Estados Unidos y partes de Europa que contienen un gen resistente a los antibióticos. Hay inquietud de que esta característica pueda transmitirse al ser humano. En una nota del diario londinense "Daily Mail", se hace referencia al microbiólogo John Heritage, uno de los expertos del comité, quien ha escrito a las autoridades americanas sobre esta preocupación. "Aunque el riesgo es pequeño --indica-- son enormes las consecuencias de una infección potencialmente letal e incontrolable, propagándose entre la población".
La reconocida doctora Jane Goodall publicó hace un par de años el libro "Cosecha de esperanza, una guía para un comer consciente", en el que advierte sobre los peligros de los alimentos transgénicos y la desaparición de la diversidad de las semillas.
En una entrevista radial en el programa "Democracy Now", Goodall explica que a la fecha no se puede predecir su efecto acumulativo a largo plazo en el ambiente o en nuestra propia salud. Explicó que los propios animales rechazan los transgénicos y citó el caso de ratones de laboratorio que debieron ser alimentados con bombas estomacales para lograr que ingirieran los tomates genéticamente modificados que despreciaban.
La Asociación de Exportadores, ÁDEX, ha señalado mediante comunicado que "es prematuro abrir las puertas en nuestro país a los cultivos transgénicos pues aún no se ha medido su impacto en nuestra biodiversidad... por lo que es necesario un estudio de los beneficios o perjuicios que podrían traer...".
Un país libre de transgénicos es lo que dicta la razón. En este contexto vale la pena recordar las palabras del brillante intelectual Umberto Eco, en su artículo "El Mago y el Científico". Dice Eco: "Los hombres de hoy no solo esperan, sino que pretenden obtenerlo todo de la tecnología y no distinguen entre tecnología destructiva y tecnología productiva". A buen entendedor, pocas palabras...
El Comercio, 18/10/2008

jueves, 16 de octubre de 2008

Minag revisará si es válido o no cultivar transgénicos

El Perú debe estar lo más lejos posible de estos para no contaminar al país, dijo el ministro.
Las primeras declaraciones a la prensa del nuevo ministro de Agricultura, Carlos Leyton, estuvieron referidas a la necesidad de revisar tanto la política de los transgénicos en el país como el Decreto Legislativo 1064 sobre el aprovechamiento de las tierras de uso agrícola.
Así, Leyton marcó aparente distancia con algunas políticas promovidas por el titular anterior, Ismael Benavides, como fueron la de los transgénicos y el acceso de la inversión privada a terrenos agrícolas.
Sobre el primer punto, señaló que si el Perú sustenta su posición sobre temas de ecodesarrollo y manejo de biodiversidad, entonces tendría que mantenerse lo más lejos posible de los transgénicos para no contaminar al país.
También afirmó: "No creo que el cambio de ministro signifique que ya se abrirán las puertas a los transgénicos o viceversa, pues creo que esa decisión debe ser y es de carácter nacional y no solo de un ministerio". Dijo que este será un tema que próximamente conversará con el ministro del Ambiente, Antonio Brack.
Estas declaraciones las hizo durante la ceremonia de transferencia de cargo. En cuanto al decreto 1064 , aprobado en el marco del TLC con EE.UU., apuntó: "Creo que a veces algunos de los decretos tienen un enfoque plano, es decir, conciben al país como un todo y no con la biodiversidad que lo caracteriza".
El Comercio, 16/10/2008

Minag evaluará uso de transgénicos


Nuevo ministro Carlos Leyton marca distancia de su antecesor. Señala que junto a otros ministerios, regulará el ingreso de semillas modificadas

El Ministerio de Agricultura (Minag) evaluará en los próximos días las ventajas y desventajas que implican autorizar el ingreso al país de los organismos genéticamente modificados (OGM) o semillas transgénicas, informó ayer su nuevo titular, Carlos Leyton.
Señaló que si Perú sustenta su posición en el ecodesarrollo, tendría que mantenerse lo más lejos posible de los transgénicos para no contaminar al país. "El cambio de ministro no significa que se abrirán las puertas a los transgénicos o viceversa, pues creo que esa decisión es de carácter nacional y no solo de un ministerio", declaró.
Cabe recordar que para el ex titular del sector, Ismael Benavides, los transgénicos eran la solución para paliar la crisis alimentaria. Por su parte, el ministro del Ambiente, Antonio Brack, busca que el gobierno declare al Perú como un país libre de transgénicos para garantizar los recursos genéticos nativos.
Por otro lado, el ministro Leyton informó también que en los próximos días revisará el Decreto Legislativo 1064 que regula el aprovechamiento de las tierras de uso agrícola. "A veces algunos decretos tienen un enfoque plano, es decir, conciben al país como un todo y no con la biodiversidad que lo caracteriza", explicó el ministro.

EL DATO
Sierra exportadora. El ministro Leyton señaló que aún se estudia el futuro de este programa, debido a la significativa reducción de su presupuesto para el 2009. Sobre la posibilidad de que Sierra Exportadora sea absorbido por el Minag "sería peor, pues allí podría quedarse sin presupuesto", apuntó el ministro. El futuro cada vez es más sombrío para SIEX.


La República, 16/10/2008

Agricultura evaluará los transgénicos y DL 1064

Leyton no cree que el cambio de ministro signifique que ya se abrirán las puertas a los transgénicos o viceversa.El Ministerio de Agricultura (Minag) evaluará las ventajas y desventajas del uso de transgénicos y además revisará el Decreto Legislativo 1064 referido al aprovechamiento de las tierras de uso agrícola, anunció el nuevo titular del sector Carlos Leyton.
Durante la transferencia de cargo de parte del saliente Ismael Benavides, Leyton se mostró cauto en discrepar con algunos temas de política agraria de su antecesor que generaron amplio debate, sin embargo en el tema de los transgénicos dijo que en términos de desarrollo del país es necesario evaluar los beneficios que tendrían el uso de estos organismos en cada caso.
Indicó que si el Perú sustenta su posición sobre temas de ecodesarrollo y manejo de biodiversidad, entonces tendría que mantenerse lo más lejos posible de los transgénicos para no contaminar al país.
Por ello, dijo que se va a examinará bien juntamente con el Ministerio del Ambiente, que es el organismo ligado y conocedor de este tema.
“No creo que el cambio de ministro signifique que ya se abrirán las puertas a los transgénicos o viceversa, pues creo que esa decisión debe ser y es de carácter nacional y no sólo de un ministerio”, declaró.
El nuevo ministro dijo que existen países que han cerrado completamente sus fronteras a esta clase de productos, porque apuntan a un proceso de ecodesarrollo, como Costa Rica.
Decreto Legislativo 1064
En cuanto al decreto legislativo 1064, dado dentro de las facultades legislativas para el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE UU y que generó protestas de las comunidades campesinas, Leyton comentó que hay dos elementos que se deben tener en cuenta, uno es el tema de propiedad y el otro la cultura, y el objetivo de su portafolio debe ser buscar que estos dos aspectos se engarcen, porque el Estado tiene que normar el tema de las propiedades en su conjunto.
Por ello, indicó que esos dos aspectos deben manejarse de manera más específica y si es necesario hacer algún ajuste en el decreto, tendrá que hacerse, pero ello no implica la derogación de la citada norma.El datoPara el ex titular del sector, Ismael Benavides, el cultivo de los transgénicos era la solución más inteligente para paliar la crisis alimentaria a nivel mundial, y además una opción para aprovechar todas las tendencias de la biotecnología moderna.
Expreso, 16/10/2008

viernes, 3 de octubre de 2008

Benavides insiste en transgénicos


Para el ministro de Agricultura, Ismael Benavides, el cultivo de los organismos genéticamente modificados (OGM) o alimentos transgénicos es la solución más inteligente para paliar la crisis alimentaria a nivel mundial.

Sin embargo, el ministro del Ambiente, Antonio Brack, manifestó su oposición a los cultivos transgénicos ya que generarían la dependencia económica de los agricultores peruanos, debido a que las semillas están patentadas y son propiedad de muy pocas compañías en el mundo.

A su vez, Carlos Lozada, presidente de la comisión de Agro de Adex, invitó al ministro de Agricultura a aclarar sobre qué bases hace sus aseveraciones. “Queda claro que se quiere beneficiar a las compañías productoras de semillas transgénicas, lo cual pondría en riesgo la biodiversidad. De allí tanta urgencia y desesperación en el gobierno para aprobar el uso de transgénicos”, dijo.


La Primera, 03/10/2008

jueves, 2 de octubre de 2008

ALIMENTOS TRANSGÉNICOS

María Soledad Reyes S. (*), Jaime Rozowski N. Departamento de Nutrición, Diabetes y Metabolismo Facultad de Medicina. Pontificia Universidad Católica de Chile. (*) Estudiante del Programa de Magister en Nutrición.

La biotecnología ha desarrollado numerosos métodos gracias a largos y minuciosos procesos, que requieren el paso de varias generaciones de plantas silvestres y la selección de cosechas para desarrollar algunas características específicas en un determinado producto que han beneficiado la agricultura y la producción de alimentos.
Con el vertiginoso desarrollo de la biología molecular y tras largos y costosos ensayos en laboratorios, los ingenieros genéticos han logrado obtener los mismos resultados conseguidos con la biotecnología pero de manera más rápida, eficiente y específica. Así, lograron incorporar material genético (genes) de otro organismo, a una planta. En una primera fase, la ingeniería genética (IG) de las plantas se enfocó principalmente a la creación de especies que expresaran resistencia a herbicidas y pesticidas, lo que permitió la eliminación selectiva de maleza u otros organismos sin daño a la planta. En una segunda fase, se comenzó a utilizar la IG con el objeto de mejorar la calidad de las cosechas en términos de beneficios para el consumidor, con un potencial impacto en la nutrición humana (1). Los alimentos transgénicos son el más reciente fruto de la evolución tecnológica, aunque su conocimiento es incipiente e incompleto.
La IG permite aislar desde un organismo la secuencia de interés de ADN y propagarlo en otro organismo, permitiendo obtener cantidades ilimitadas del producto codificado por dicho gen. En términos simples, la metodología consiste en tomar un fragmento de ADN, obtenido habitualmente por acción de enzimas de restricción, el que se une covalentemente por medio de una enzima ADN ligasa a un vector o plásmidio generando una molécula nueva conocida como recombinante. El vector que se utiliza contiene secuencias que permiten la replicación y secuencias que facilitan su selección. Estas últimas, en ocasiones son genes que confieren resistencia a antibióticos específicos. Luego, el ADN recombinante obtenido, se introduce en un microorganismo, el que se cultiva y selecciona por su resistencia al antibiótico. Al crecer, se expresa el gen de interés y se introduce en el vegetal que se desea modificar, obteniéndose el producto transgénico. Esta técnica ha sido ampliamente utilizada en el campo de la medicina y ha permitido el desarrollo de importantes avances terapéuticos como por ejemplo la producción de insulina recombinante (2).
Con respecto a los alimentos transgénicos, lo que se hace es buscar, en un ser vivo (animal, planta, bacteria o virus) un gen que codifique una proteína; como podría ser una una enzima que intervenga en la maduración de los frutos o en la producción de un compuesto inhibidor de multiplicación viral o de una característica estructural u organoléptica, confiriéndole un aumento del contenido de un nutriente o una mayor tolerancia a un herbicida. Este gen se introduce en el material genético del alimento que se desea mejorar o modificar. Con esto se obtienen las características finales deseadas, sin tener que pasar por lentos procesos de selección y cruces de cosechas y de animales que se venía realizando tradicionalmente.
En el tabla 1 se enumeran algunos de los resultados obtenidos con la aplicación de la tecnología del ADN recombinante.

Durante los últimos 5 o 6 años, se ha desatado un conflicto en relación con los riesgos y beneficios para salud humana del consumo de los alimentos modificados genéticamente (AMG). Esto ha llegado incluso a las esferas socioeconómicas y legales, incrementándose notablemente en los últimos años. En concreto, el número de estudios científicos sobre los riesgos toxicológicos y efectos adversos sobre la salud del potencial consumo humano de los AMG, es muy escaso (3).
La mayoría de las publicaciones sobre el tema, corresponden a estudios experimentales realizados en animales. Dentro de los hallazgos sorprende la variedad y disparidad de los resultados lo que dificulta su interpretación. Hammond y colaboradores (4) no encontraron diferencias en el valor nutritivo de la soya modificada (resistente a herbicida), comparada con la tradicional. Fares y Sayed (5) estudiaron el consumo de papas con gen de una bacteria que le confería resistencia a herbicidas. Se encontraron escasos cambios en la estructura del íleon de ratas, en comparación con los animales alimentados con papas no modificadas. Este resultado fue considerado como el producto de la expresión del gen, por lo que los autores recomendaron llevar a cabo cuidadosos exámenes de todos los posibles efectos de los AMG antes de su comercialización.
El estudio de Brake y Vlachos (6) no encontró diferencias significativas en los índices de supervivencia ni en los incrementos y porcentajes de peso en pollos alimentados con maíz transgénico en relación a los controles. El estudio de Tutel´ian (7), en ratas alimentadas con soya modificada, encontró una modificación de la función de membrana y la actividad enzimática de los hepatocitos. En todos estos casos mencionados, se cuestionó la metodología, tamaño muestral, tiempo de exposición y aspectos toxicológicos los que no fueron valorados.
Una de las publicaciones que ha sido más comentada pertenece a Ewen y Pusztai (8) en 1998. Esta tuvo gran trascendencia en los medios de comunicación y causó mucha controversia científica. Estos investigadores mostraron que ratas alimentadas con papas modificadas con Lectina Galantus nivalis agglutinin (GNA) para protegerlas de ataques de insectos, presentaban diversos efectos en diferentes partes del tracto gastrointestinal, tales como aumento de la proliferación de la mucosa gástrica y de la velocidad mitótica del intestino, efectos que fueron atribuidos a la expresión del transgen GNA. Los autores adelantaron sus resultados a los medios de comunicación trayendo alarma al público al declarar que «le parecía tremendamente injusto que los humanos fuésemos tratados como animales de laboratorio y que no comería por ningún motivo AMG». Sin embargo, al igual que los estudios antes mencionados, este estudio también fué cuestionado en términos metodológicos.
El estudio de Fenton (9), basado en el de Ewen y Putzai pero realizado en humanos, demostró que el GNA insertado en el genoma de vegetales se unía fuertemente a glicoproteínas de las membranas de los leucocitos. Aunque no se demostró que la unión fuera exclusivamente a las proteínas de los leucocitos, la importancia radica en que el 90% de las proteínas de membrana son receptores y es imposible predecir el lugar del genoma al que serían incorporados, con las consecuencias que de ello podrían derivarse.
Ambos autores recomendaron realizar evaluaciones sobre los potenciales efectos sobre la salud de los AMG, antes de ser incluidos en la cadena alimentaria. Sin embargo, también se han cuestionado los métodos, técnicas y periodos de exposición en este trabajo (3).
EFECTOS ADVERSOS
Los potenciales riesgos a los que nos podríamos ver expuestos con los AGM y que son el fundamento de organizaciones ecologistas que rechazan la utilización y consumo de AGM, son el desarrollo de alergias, la resistencia a los antibióticos, la pérdida o modificación del valor nutricional de los alimentos, la presencia de compuestos tóxicos, la aparición de enfermedades nuevas y no tratables, además del daño a las especies silvestres de plantas.
ALERGIAS
Históricamente los alimentos han producido alergias en personas susceptibles. Los genes, que es lo que se transfiere de un organismo a otro para obtener AGM, codifican ciertas proteínas que pueden ser alergénicas para un grupo de la población. En la compañía Pionner Hi-Bred International observaron que el crecimiento de los animales se podía optimizar con una dieta rica en aminoácidos azufrados, por lo que diseñaron una soya transgénica que tuviera esta característica, introduciendo un gen de nuez de Brasil. Nordlle y colaboradores (10) observaron que los alérgicos al extracto de nuez resultaban positivos en un test al extracto de soya transgénica, demostrando que ligaba a Ig E. Por ello, hubo que retirar el producto antes de que llegara al mercado.
La dificultad de separar la soya para el consumo humano de aquella para otros fines resulta un gran problema. La proteína de la soya se utiliza frecuentemente en fórmulas lácteas infantiles, en sustitutos de la carne, entre otros.(11) La Food and Drug Administration de los Estados Unidos, exige de rigurosos procedimientos (1) para evaluar el potencial alergénico de los productos transgénicos antes de autorizar su comercialización (12) permitiendo a la industria la posibilidad de evaluar que dichos productos sean tan seguros como los tradicionales.
RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS
La posibilidad de que se transmita resistencia a los antibióticos a través del consumo de alimentos transgénicos, constituye uno de los mayores temores en relación con el consumo de AGM. Se postula que al utilizar bacterias u otros microorganismos resistentes a un determinado antibiótico para seleccionar aquellas que han incorporado los genes que codifican la característica de interés. Al ingerir estos productos se transmitiría esa resistencia al antibiótico lo que dificultaría el manejo de patologías.
Sin embargo, no existe evidencia que se puedan transferir estos genes de resistencia desde los AMG al tracto digestivo humano. Por otro lado, esta metodología es cada vez menos utilizada (13) lo que le ha restado importancia a este aspecto.
TOXINAS Y ANTINUTRIENTES
Hay que recordar que las tóxinas también pueden estar en alimentos tradicionales. Sí la concentración de toxinas es mayor en el alimento transgénico que en el tradicional, producto de la manipulación, no se podría comercializar (13). Se han desarrollado productos con menores niveles e inclusive sin toxinas, comparado con su equivalente no modificado (13).
Los inhibidores o antinutrientes, normalmente están presentes en los alimentos tradicionales. Ellos se destruyen en porcentajes variables por la cocción, como ocurre con el ácido fítico en el trigo entero de panificación. La técnica se enfoca más bien en eliminar o disminuir las concentraciones de estos compuestos de manera de favorecer su biodisponibilidad.
En conclusión, no existe en la actualidad evidencia científica que respalde la teoría de que, asociado al consumo de AMG se haya desarrollado alguna enfermedad o daño a largo plazo. No se ha observado ninguna reacción adversa que no se haya dado con los alimentos sin modificar. Tampoco se ha evidenciado modificaciones que vayan en detrimento del contenido nutricional. Sin embargo, aún no conocemos los efectos a largo plazo de la ingesta de AGM, por lo que serán necesarias evaluaciones en el futuro.
EXPERIENCIAS Y PROYECCIONES
Hemos visto los potenciales riesgos y desventajas asociados al consumo de los AMG. Pero ¿ cuáles son los posibles beneficios que ofrecen?
Las técnicas de manipulación genética pueden ser usadas para aumentar, disminuir o modificar la cantidad de nutrientes específicos de diferentes vegetales (alimentos). Por ejemplo, existe un arroz transgénico, llamado «arroz dorado», que tiene incorporados 7 genes de distintos vegetales, que le confieren un mayor contenido de betacaroteno y de fierro, útiles para la prevención y manejo de la anemia y ceguera, patologías que son endémicas en algunas zonas del mundo. Con 300g de dicho arroz, se logra cubrir el 50% de los requerimientos diarios de vitamina A y el 50% de los de Fe de adultos (14).
También existe el arroz con un gen de la espinaca, que proporciona tolerancia a la sequía y 5 tipos distintos de arroces que toleran distintos herbicidas (15). Una potencial aplicación de esta tecnología y que constituye uno de los principales argumentos de quienes están a favor de la misma, sería prevenir e inclusive tratar numerosas enfermedades. Se estudia su potencial en el área de los fármacos y vacunas. Por ahora, se ha evaluado el tratamiento de enfermedades inflamatorias del aparato digestivo con papa y plátanos transgénicos. También con arroz y trigo modificados genéticamente se han desarrollado anticuerpos para células tumorales de cáncer de pulmón y de colon. Similarmente, aquellos afectados con desordenes inmunológicos podrían ser tratados con microorganismos no patogénicos que han sido modificados genéticamente para producir anticuerpos. Sin duda para el futuro diagnóstico y tratamiento de diversos cuadros patológicos (16).
Calgene Inc. (Davis, USA) (17) ha desarrollado un aceite de canola bajo en ácidos grasos saturados, bajo en triglicéridos y rico en aceites marinos, que además era de bajo costo y sin el gran incoveniente del «olor a pescado», además enriquecido con fibra y algunos micronutrientes como vitamina E y A. En teoría este aceite podría reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de cáncer. Existen otros investigadores que han logrado aumentar el aporte de Vitamina E de ciertos vegetales (18).
Investigadores holandeses (19) lograron demostrar que es posible modificar la naturaleza de los hidratos de carbono en la remolacha, aumentando la producción de Inulina o Fructanos, que se utilizan como edulcorantes de bajas calorías y también como sustituto graso en la elaboración de alimentos. Se logró e introduciendo en este vegetal los genes que codifican para las enzimas que catalizan su biosíntesis.
La ingesta dietética actual de americanos y europeos es de alrededor de 5g por día de fructanos. Los estudios en humanos muestran que el consumo debería incrementarse a 20g diarios para alcanzar o promover beneficios para la salud sin ningún efecto secundario para el tracto digestivo. El consumo de dichos compuestos se traduce en aumento de la producción de ácidos grasos de cadena corta, de oligofructosacáridos que modifican la calidad de la microflora intestinal disminuyendo el crecimiento de bacterias patógenas y colaborando a restablecer la flora normal luego de una terapia de antibióticos. Además se asocia a una reducción del riesgo de cáncer de colon y a una mejoría del perfil lipídico. Los mismos investigadores, lograron aumentar la cantidad de flavonoides contenidos en el tomate involucrados en aspectos del crecimiento de las plantas como resistencia a patógenos, producción de pigmentos y protección de la luz UV. Debido a sus conocidas propiedades antioxidantes, los flavonoides son beneficiosos para la salud humana, otorgando protección contra enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Otro avance ha sido el desarrollo de una variedad de papas a las que se les modificó su perfil de aminoácidos, aumentando el contenido de lisina, introduciendo una enzima de bacterias 100 veces menos sensible a la inhibición por feedback causado por la lisina en la papa. Estos investigadores prefirieron evitar utilizar genes de bacterias en productos para consumo humano, como una manera de evitar efectos no deseados y desconocidos. Por ello, aislaron desde la papa la enzima que regula la biosíntesis y modificaron en su gen la secuencia que codifica un residuo de aminoácido. El objetivo de lo anterior fue hacer que dicha enzima fuera «insensible» al feedback con lo que lograron un marcado aumento en el nivel de expresión de lisina igual al 15% del total de aminoácidos, mientras que en el no transformado es sólo cercano al 1%. Hay otros estudios que han mostrado resultados similares en relación con la calidad proteica. (20, 21).
Otra ventaja de la ingeniería genética, que beneficiaría a muchos es mejoramiento de la calidad proteíca de la alfalfa (22). Una de las mayores limitantes para el crecimiento de las ovejas es que la alfalfa tiene un bajo contenido de amino ácidos azufrados. A fin de superar esta debilidad, se introdujo al genoma de la alfalfa un gen de la maravilla que codificaba secuencias de aminoácidos azufrados. Este gen tuvo una alta expresión la que se tradujo en un aumento de lisina que llevó a un aumento de proteínas totales de 1%, lo que se tradujo en una mayor cantidad de carne y mayor producción de lana en las ovejas alimentadas con alfalfa transgénica comparada con aquellas alimentadas con alfalfa silvestre.
El péptido RPLKPW es un potente antihipertensivo que ha sido diseñado sobre la base de la estructura de la ovokinina presente en la ovoalbúmina que induce vaso relajación mediada por óxido nítrico. Este péptido se ha estructurado de manera tal de tener un efecto más potente que la ovokinina y con menores dosis. Se introdujo en la secuencia aminoacídica de la Con- glicinina que es la principal proteína de la Soya. Luego se alimentó a ratas con soya transgénica y también a otro grupo con el péptido aislado como suplemento. Ambos grupos mostraron similares efectos hipotensores de presión sistólica a las 4 horas de administrados comparados con el grupo control. Este estudio realizado en Japón , su objetivo era demostrar que por IG se puede desarrollar un alimento nuevo coadyudante de la terapia de la hipertensión. Sin embargo, este péptido no ha sido evaluado en humanos (23).
Un estudio del año 1998 (24) es uno de los más interesantes y de los pocos realizados en humanos para evaluar los efectos de alimentos nuevos obtenidos mediante manipulación genética.
Los autores se basaron en un estudio previo en el que se había creado una cepa de maíz que tenía una baja cantidad de ácido fítico (compuesto que disminuye la biodisponibilidad del hierro) (25). El maíz transgénico obtenido tenía 35% menos ácido fítico que el silvestre. Los resultados mostraron que la concentración de macro y micronutrientes no fueron significativamente diferentes en maíz genéticamente modificado y en el silvestre y que la incorporación a eritrocitos de hierro fue 49% mayor en individuos que ingirieron maíz bajo en ácido fitico comparado con el silvestre. La conclusión de los investigadores fue que el consumo de maíz modificado genéticamente y bajo en ácido fítico puede mejorar la absorción de hierro y por ende la nutrición en poblaciones que consumen dietas basadas en maíz modificado».
Otra aplicación de los AMG es en la utilización de tierras marginales (13). La mayor proporción de la superficie disponible esta limitada en uso por ser muy salinas o alcalinas. Se clonó y transfirió un gen (aricennig gen GutD) de E. Coli, al maíz obteniéndose una especie transgénica tolerante a la sal, lo que permitiría sembrar en áreas hasta ahora sin utilización.
La composición bioquímica de los alimentos puede modificarse ampliamente. Las plantas son particularmente convenientes para la producción de proteínas, dada su naturaleza eucariota, que a menudo dirige apropiadamente las modificaciones post transcripcionales de proteínas recombinantes que retienen la actividad biológica. El conocimiento del metabolismo de las plantas y su crecimiento autotrófico las convierte en una vía económicamente competitiva para la optimización de la composición nutricional, para la obtención de productos que remplacen o complementen otras estrategias como la fortificación y suplementación de alimentos en el futuro. Por ejemplo, la producción de un tipo de papa transgénica que expresa la b-caseína, proteína de la leche materna, y con su extracción se podría obtener el potencial beneficio de elaboración de productos en fórmulas lácteas infantiles, remplazando las de proteínas de origen bovino, y así previniendo enfermedades gástricas o intestinales comunes en los niños (26,27,28).
ASPECTOS SOCIALES Y ECONÓMICOS
Es necesario evaluar el impacto que tendría este avance tecnológico en el problema alimentario mundial, en la escasez y mala distribución alimentaria, donde los alimentos transgénicos se vislumbran como la gran solución. Sin embargo, se debe tener criterio y objetividad en el análisis al momento de evaluar los aspectos sociales y económicos. Por un lado, no cabe duda de los beneficios posibles de lograr con esta tecnología y por otro se debe considerar cómo se absorbería la desocupación campesina que se generaría al no necesitar desmalezar siembras que ahora son resistentes a herbicidas o cómo se soluciona el impacto económico causado al utilizar genes que codifican características singulares de un producto que es la base de la economía de una región o país. El impacto en la biodiversidad, disminuye la capacidad de respuesta frente a cambios ambientales que pongan en riesgo los cultivos de producción.
Se deben definir los limites éticos para la manipulación de genes y la protección de zonas o países que al no contar con los recursos y tecnología para desarrollar y explotar su propio potencial, pueda ser utilizado y patentado por quien posee las herramientas y capital, generando conflictos de desplazamiento de pequeños productores, de propiedad y patentes similar al generado en la industria farmacéutica. Sin duda se debe normar y legislar, para lograr utilizar la técnica de forma cuidadosa, responsable y transparente.
Para algunos este tipo de productos son el fruto de la ciencia ficción que tarde o temprano «nos pasarán la cuenta». A nivel internacional su uso es controvertido y muy limitado como ocurre en Europa y EEUU donde su consumo es altamente restringido e incluso han llevado al retiro de productos de conocidas empresas tras comprobarse que sus ingredientes eran de origen transgénico. Sin embargo, a pesar de más de 20 años de evolución, no se ha producido ninguna catástrofe temida por los ambientalistas, como las ya mencionadas reacciones alérgicas fatales, alteraciones metabólicas y la resistencia a antibióticos.
La Royal Society of Sciences del Reino Unido recomienda (29), examinar individualmente cada AMG, sin que sea posible realizar extrapolaciones. Aunque no exista evidencias de efectos perjudiciales debidos a la modificación genética, ello no significa que las consecuencias nocivas puedan descartarse categóricamente.
RESUMEN
Gracias al gran avance de la tecnología, la ingeniería genética y la biología molecular, se han desarrollado los productos transgénicos. En sus inicios, los productos modificados genéticamente tenían como objeto obtener ventajas en las áreas de la agricultura y ganadería. Posteriormente esta técnica se comenzó a aplicar en el ámbito de la producción de alimentos para el consumo humano. Se ha generado mucha controversia en relación a su utilización. Esta revisión tiene por objeto revisar la información científica disponible en relación a las aplicaciones, ventajas y potenciales riesgos para la salud humana y el medio ambiente asociados al consumo de los alimentos transgénicos. Términos claves: Alimentos transgénicos; ingeniería genética; seguridad alimentaria; biodiversidad.
Dirigir correspondencia a: María Soledad Reyes S. Programa Magister en Nutrición Escuela de Medicina Pontificia Universidad Católica de Chile
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© 2008 Sociedad Chilena de Nutrición, Bromatología y Toxicología