viernes, 26 de septiembre de 2008

Brack recomienda etiquetar transgénicos

Reglamentar la norma no tiene fecha, ya que no es prioridad.
El cultivo de organismos genéticamente modificados (OGM), o transgénicos en el Perú, aún sigue en debate. El ministro del Ambiente, Antonio Brack, respaldó la iniciativa de etiquetar obligatoriamente todos los alimentos transgénicos, que fue presentada ante la Comisión de Defensa del Consumidor por la congresista Fabiola Morales.
Brack señaló que es un derecho del consumidor saber si un producto contiene colesterol, grasa, potasio, como también transgénicos, ya que según dijo, "cada uno es libre de elegir lo que quiere comer".
"Yo he visto que en Brasil, el aceite de soya que se vende envasado, dice: "Contiene productos transgénicos". En el Perú, ese mismo aceite con envase idéntico no tiene esa frase en el etiquetado, comentó el titular del Ambiente.
reuniones
El presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor, Wilder Ruiz, informó que invitará a su grupo de trabajo a los involucrados para que informen sobre los pro y los contra del etiquetado de los productos y así los miembros de su Comisión tomen una decisión definitiva. Las reuniones serán en dos ocasiones, el 8 y el 15 de octubre.
EL DATO
Ventas. Brack desestimó la posibilidad de producir transgénicos para exportarlos. El futuro está en el consumo de productos orgánicos y el Perú exporta más de US$ 161 millones al año en esos productos.
La República, 26/09/2008

martes, 23 de septiembre de 2008

Propondrán transgénicos en Perú solo para exportación

Se tomaría ejemplo de experiencia chilena, refiere congresista Alegría. Ministro Brack propuso prohibir estos cultivos.
La Comisión Agraria del Congreso de la República planteará que el cultivo de organismos genéticamente modificados (OGM), o transgénicos en el Perú, sea autorizado solo para la exportación, manifestó ayer su presidente, Mario Alegría.
El congresista puntualizó que su propuesta ha tomado en consideración la legislación chilena, que solo autoriza los cultivos de semillas transgénicas para su exportación, pero no para el consumo interno de su población.
Alegría indicó que el cultivo de transgénicos se debe reglamentar estableciendo una zonificación especial para su producción, pues hay estudios que indican que pueden contaminar cultivos orgánicos, por el efecto de polinización.
"Los miembros de la Comisión venimos recogiendo experiencias de países que aplican el cultivo de los OGM en sus territorios. Esta etapa de análisis culminará en un mes como máximo, y luego emitiremos una opinión respecto a la conveniencia o no de los cultivos transgénicos", apuntó Alegría.
LIBRE DE TRANGÉNICOS
Por su parte, la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec) indicó que además de esta posibilidad, el Congreso también debe recoger la propuesta hecha la semana pasada por el ministro del Ambiente, Antonio Brack, para declarar al Perú como un país "libre de transgénicos", para garantizar la conservación de los recursos genéticos nativos y dotar de mayor competitividad a la agricultura orgánica. "O por lo menos debe darse una moratoria (prohibición) de su cultivo por 5 años, pues el Perú aún no está capacitado técnicamente para regular estos cultivos", apuntó Cecilia Mendiola, especialista de Asuntos Ambientales de Aspec.
EL DATO
Etiqueta. En la Comisión de Defensa del Consumidor figura el proyecto 2601 –presentado por la congresista Fabiola Morales– que plantea el etiquetado obligatorio para los alimentos transgénicos. El documento será debatido en las próximas semanas.
La República, 22/09/2008

sábado, 20 de septiembre de 2008

Hasta hoy García podría derogar leyes 1015 y 1073

“Transgénicos deben ser controlados”

Juan Tejedo Huamán, Máster en Biotecnología de la UNMSM, es miembro de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular.
–¿Cuál es el aporte cultural de la biología molecular?
–La biología molecular va a resolver problemas muy grandes que tiene la sociedad. Por ejemplo, debido a los avances logrados, permitirá atender enfermedades que actualmente son incurables. Curar el Parkinson o mitigar los problemas que se generan debido a la diabetes. Se podrá reemplazar células genéticas por las musculares.
–Pero este hecho debe ser considerado en el sistema educativo.
–Por supuesto, lo que sucede es que las personas que van a presentar soluciones a estos problemas, tienen un alto nivel de calificación. Adiestrar a estos especialistas no es fruto del azar, sino el resultado de una formación continua a lo largo de todo el proceso educativo. Es necesario que las currículas del sistema educativo peruano tomen en cuenta este conocimiento.
–¿Es posible una selección genética de estudiantes?
–Es una utopía que se generó en algunas sociedades del mundo europeo, pero no tiene ningún sustento. Lo que sí se puede hacer es que dando una formación a los estudiantes en esta rama de la ciencia, podremos generar gente con capacidades.
–¿Qué opina de los alimentos transgénicos?
–Es un tema muy controvertido. No existe ningún estudio que diga: “los alimentos transgénicos generan daños al ser humano”. Desde el punto de vista científico no hay ninguna evidencia que causen daños. Lo que sucede es que los lobbies, generados por las grandes corporaciones que producen insecticidas y las que producen productos transgénicos, han hecho que este tema se discuta permanentemente.
–¿Cuál su posición frente a este hecho?
–Mi posición es que los organismos transgénicos van a paliar en gran parte el hambre de una gran población de nuestra sociedad. Pero tampoco debemos ser tan liberales y dejar de controlar el uso y cultivos de los transgénicos.–¿Cuál es la función del Estado?–Debe crear una buena legislación, instituir organismos que apliquen las leyes y ser un ente promotor para que lo bueno se promueva y lo malo no prospere. –¿Los transgénicos podrían solucionar el hambre en el Perú? –No, no, no. El hambre en el Perú se solucionará solamente cuando los responsables del gobierno tengan la decidida voluntad política de erradicar esa tara. Es decir, realizar grandes y urgentes programas sociales, destinados a enfrentar esa dolorosa realidad, en verdad inhumana.
DETALLE
Juan Tejedo Huamán (Amazonas-1962) fue distinguido por la Derrama Magisterial con la Medalla de Honor José Antonio Encinas. Es profesor de la U. Pablo de Olavide e investigador del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa, España.
La Primera, 19/09/08

lunes, 15 de septiembre de 2008

Julio Schiappa Pietra: Transgénicos versus orgánicos

El debate sobre los alimentos transgénicos tiene que ver con el patrimonio natural del Perú, pero también con la integración del país al circuito de la modernidad global para impulsar la agricultura en zonas desérticas y deforestadas. No olvidemos que el espectro de Brasil, que cambió extensas zonas de su Amazonía por soya, planea por encima de los cerebros de todos los tomadores de decisión como ejemplo negativo de los excesos de la revolución verde y la globalización.
La agricultura orgánica es tamaño médium, con 300 mil hectáreas sobre un total de 1'750,000 que son sembradas en el Perú. Se exporta más del 90% de los productos orgánicos. Su evolución y potencial es evidente: en el año 2000 eran solamente US$ 30 millones lo que exportábamos, US$ 160 millones en el 2007 y US$ 250 millones lo proyectado para el 2008. En un quinquenio el Perú podría exportar US$ 1,000 millones en orgánicos si se invirtieran sumas bastante modestas para certificar a los productores, apoyar los estándares de producción y facilitar la exportación.
La experiencia de Sierra Exportadora demuestra que en tres años la vida de un campesino se transforma con el riego por goteo y este puede llegar a como mínimo unos US$ 300 dólares mensuales de ingresos. La agricultura orgánica permite cerrar el círculo virtuoso al permitirle exportar a mediano plazo, a condición de que logre la certificación, que es el diploma para ingresar al mercado internacional. Con solo 10 millones de dólares podríamos certificar a unas 5,000 comunidades campesinas y dar un salto cualitativo en sus vidas, según cifras de la RAE (Red de Agricultura Ecológica peruana). Inversión mínima, grandes resultados.
Una debilidad estructural de la agricultura orgánica en el país es el bajo consumo interno: más del 90% de lo que se produce es rápidamente exportado a los mercados de todo el mundo. Además, el 75% de lo producido y exportado es café orgánico certificado. Solo se vende un millón de dólares anuales de alimentos orgánicos en el mercado nacional, lo cual demuestra que la agricultura orgánica tiene que crecer varios años más para poder convertirse en una real alternativa de producción de alimentos para el consumo interno. Lo orgánico, debidamente certificado es, además, un alimento de mayor costo que no es accesible al bolsillo popular. Por ello las experiencias de mercados ecológicos están concentradas en barrios altos y medios de las principales ciudades del país.
El debate sobre transgénicos pone en el centro de la atención de los peruanos un tema decisivo: la protección del patrimonio genético del país. Y ese patrimonio es el que nos ha permitido sextuplicar nuestras exportaciones de alimentos orgánicos en ocho años. El carácter de este patrimonio es claro en el caso de productos andinos como la papa de Huancavelica, que tiene mayor valor comercial que el tubérculo transgénico de Huaral.
Un caso diferente es la lúcuma, que es requerida en enormes cantidades desde todo el mundo, pero que no se cultiva en suficiente volumen para abastecer la demanda para helados y dulces. ¿Puede acelerarse el lento proceso de crecimiento del lúcumo con su modificación genética, para generar cultivos masivos de este producto en nuevas chacras ubicadas en desiertos regados por goteo? ¿Puede hacerse lo mismo con la palta para mejorar su rendimiento en todo el país? Incluso si se pudiera, lo cierto es que la demanda es por lúcuma y palta orgánicas, no por una versión Hulk de estos productos. Millones de dólares y millones de genes están en juego.
Durante decenios los ingenieros agrónomos del Perú han hecho variaciones a las leyes de la vida creando nuevas variedades de plantas y animales, mejorando las especies para darles mayor calidad o resistencia. Nada diferencia estos procesos de la mutación de genes que se producen en semillas que químicamente son iguales a las originales. El problema es que desconocemos el riesgo que pueden tener los alimentos y productos transgénicos.
Lo que es químicamente cierto es que ese riesgo no existe con los alimentos orgánicos. Además la fertilización y el uso de plaguicidas en la agricultura ecológica se realiza con productos también de origen orgánico. Está, entonces, en juego no solo la composición química objetiva de los productos, sino el valor agregado del atributo de pureza o salud.
En una visión holística del futuro de la humanidad, los alimentos orgánicos deberían ser la lógica alternativa para asegurar una vida sin contaminantes químicos. En una visión tecnocrática y utilitaria de los bienes de la tierra tal objetivo no existe: la humanidad debe comer y punto. Sin embargo, hay un punto intermedio como en toda búsqueda de la verdad: la carrera por alimentar con menos tierras y ahorro de agua a más seres humanos es parte de la lucha contra la pobreza. Si los alimentos orgánicos no pueden alimentarlos en corto plazo, ¿cómo les damos de comer sin destruir la vida y la naturaleza?
La República, 13/09/2008

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Juan de la Puente: El lobby de los transgénicos

En el Ministerio de Agricultura (MINAG) tienen razones para insultar a las ONG. Las abominan, entre otras cosas, porque representan acaso la última línea en la defensa de la agricultura y biodiversidad amenazada por los transgénicos. El MINAG ha sido cómplice del abandono peruano de los principios precautorios ante los transgénicos en la Conferencia del Protocolo de Bioseguridad de Cartagena, realizada en Alemania, en mayo pasado, de la mano de Alexander Grobman, asesor de la cartera de Agricultura y publicista de semillas transgénicas (dueño de tres empresas en ese rubro: Semillas Penta del Perú, Productora Agrícola del Campo e Integradores de Sistemas). La posición peruana hizo fracasar la Conferencia, de modo que la revisión de la legislación para proteger la biodiversidad frente a los organismos genéticamente modificados (OGM) se hará con suerte el 2010.
Luego del incidente, y con acierto, el Presidente resolvió convocar un debate nacional sobre los transgénicos, pero ni el Ministerio de Agricultura ni el del Ambiente se han interesado en él. Quienes no pierden tiempo son los lobistas que en junio se anotaron otro triunfo, el DL 1060 del Sistema Nacional de Innovación Agraria, del que se excluye a los ministerios de Salud y Ambiente y a los consumidores. Otro tanto se puede decir de los DL 1059 y 1080, que flexibilizan la entrada de plaguicidas y el uso de OGM en la agricultura, respectivamente. Se confirma así la alerta que lanzaron en el 2007 varias ONG de AL acerca de que la multinacional Monsanto preparaba el desembarco final de las semillas transgénicas en la región y que maniobraba en la elaboración de leyes, acuerdos con gobiernos y campañas mediáticas, cuyos frutos se empiezan a ver en la prensa peruana.
Monsanto arrastra un rosario de cuestionamientos. Fabricó el policloruro de bifenilo (piraleno), uno de los contaminantes más nocivos; el agente naranja, un defoliante usado en la guerra de Vietnam por el que tuvo que pagar US$ 16 millones de indemnización a los propios soldados de EEUU; y el veneno blanco, la hormona somatotropina BGH, que incrementa la producción de leche en las vacas, prohibida en Europa. Es acusada de producir la llamada Tecnología Terminador o Tecnología de Restricción del Uso Genético, aún bloqueada, que pone en el mercado semillas estériles, que no pueden ser reutilizadas, para obligar a los agricultores a comprar nuevas semillas para la siguiente siembra. En el Perú es una amenaza para el 90% de agricultores que guardan sus semillas para reutilizarlas. En la TV alemana se difundió este año "El mundo según Monsanto", de la cineasta Marie-Monique Robin, que cuenta la historia de este polémico gigante.
En tanto, el debate de los transgénicos está muerto. La posición de Antonio Brack ha sido hasta ahora testimonial y remolona. Brack, como pocos en el Perú, tiene la autoridad moral e institucional para liderar un debate serio alejado del lobby transgenista que ha empezado a cooptar parlamentarios, funcionarios y, por qué no, periodistas.
La República, 02/09/2008

"Coincidimos en que transgénicos deben regularse"

PUENTES DE ENTENDIMIENTO CON AGRICULTURA
¿Se ha avanzado algo en el Consejo de Ministros con respecto a los transgénicos?
(Ríe) El presidente planteó que se discuta el tema y está feliz de que así haya sido, con la salvedad de que algunos se sobrepasaron, insultando a las personas. Cuando discuto, yo no ataco a las personas. La discrepancia es la base de la democracia.
¿Se ha visto con el funcionario del Ministerio de Agricultura que lo atacó?
Sí, me encontré con él en un simposio y me acerqué a saludarlo.
¿El no se disculpó por el insulto?
No, pero no me interesa, yo estoy por encima de los insultos. Usted sabe que al final de cuentas, el buen guano fertiliza las rosas (ríe).
¿Por qué hay una óptica tan diametralmente opuesta frente a los transgénicos entre usted y el ministro de Agricultura?
No es absolutamente opuesta. Todos coincidimos en que los transgénicos no están prohibidos y que deben ser regulados por los organismos sectoriales competentes: el INIA, Digesa y Pesquería. Lo que el Ministerio del Ambiente ha planteado muy claramente es que el Perú no es un país cualquiera. Somos un banco genético del mundo, hemos domesticado 182 especies de plantas, cinco de animales y existen muchísimos recursos genéticos aprovechados por nuestra gente. No vamos a atacar a nuestra papa, maíz, olluco etc. porque una transnacional viene y quiere vender sus semillas transgénicas sin mirar nuestros recursos genéticos. El Perú puede transferir genes. No podemos 'echarnos' ante una empresa que vende transgénicos patentados y decir que con eso va a salvar a nuestros campesinos del cambio climático.
Un transgénico puede...
Transgénicos son productos de la ingeniería genética que transfieren genes de una familia de plantas o animal, algo que nunca se produciría en la naturaleza. No es el transferir a una papa el gen de otra resistente al hongo, eso es biotecnología moderna. Ejemplo de transgénico: Si del tabaco le transfiero al maíz el gen para que produzca nicotina y cuando el bicho coma la hoja del maíz, muere por la nicotina. Es un pequeño grupo de productos, no soy ningún estúpido ni estamos en la época de Galileo.
¿Entonces usted cuestiona el uso de transgénicos para los productos oriundos del Perú?
Así es. Lo único que ocurrirá es que Japón no compre nuestros mangos o espárragos.
¿El presidente lo respalda?
En un 100%. La decisión se debe postergar hasta que tengamos instituciones que cuenten con los laboratorios necesarios para rastrear este asunto. Cómo aprobar un reglamento si no tenemos las instituciones.
El Comercio, 31/08/2008

lunes, 1 de septiembre de 2008

Informe.21: Transgénicos, la duda entre los riesgos y los beneficios

En el Perú no solo se requiere de una normatividad sino de una buena labor fiscalizadora. Pese a que promueve estos cultivos, Estados Unidos es una de las áreas más supervisadas.
A simple vista, es difícil diferenciar si un grano de maíz o uno de soya, una hortaliza o alguna fruta son producto de la naturaleza o han sido gestados en un laboratorio, pues no hay diferencia en cuanto al olor, sabor, color, composición y valor nutritivo.
Sin embargo, para los agricultores que han optado por la biotecnología, la diferencia es notoria desde el momento en que siembran la semilla modificada genéticamente, pues estas tienen mayor resistencia a los insecticidas y herbicidas, mejor rendimiento, mayor tolerancia a los embates de la naturaleza, entre otras ventajas.Ya son 23 países en el mundo los que cultivan transgénicos, es decir que utilizan semillas cuyos genes han sido modificados para reforzar determinadas características de la planta.
VIGILANTES. En los Estados Unidos, la cuna de la biotecnología, estos cultivos se expanden aceleradamente y ya ocupan el 48% del área cultivada. En un recorrido por zonas agrícolas y por laboratorios de biotecnología de ese país, Perú.21 observó que, a pesar de que los transgénicos son presentados como un gran avance científico y con un bajo nivel de riesgo, esta es una de las áreas más reguladas del mundo.
La investigación en el laboratorio no está regulada pero, una vez aprobado el uso de un cultivo manipulado genéticamente, interviene el Departamento de Agricultura. Para plantar este tipo de semilla se requiere de un permiso de esa entidad, la cual se fija en la seguridad alimentaria, en la inocuidad en el medio ambiente y en la compatibilidad con las prácticas agrícolas.
Y, por si las dudas, los agricultores deben reservar el 20% de sus cultivos para el uso de semillas tradicionales. Además, deben cumplir otros requisitos, como una adecuada separación entre los que son resultado de la ingeniería genética y los que no, para evitar la contaminación.En los grandes laboratorios, la investigación para dar origen a estos productos dura entre siete y 10 años y cuesta, aproximadamente, 100 millones de dólares.
En la sede de Monsanto, en St. Louis, la mayor multinacional de agricultura y biotecnología, especialistas de diversos países del mundo –entre ellos la peruana María Sánchez Peña, de la Universidad Nacional Agraria La Molina– dedican su vida a buscar soluciones tecnológicas que “ayuden a los agricultores del mundo”, a cambio de recuperar, con creces, lo invertido.
En el campo, cada vez más agricultores norteamericanos recurren a los transgénicos, que representan el 80% de los cultivos de maíz, el 90% de soya y el 86% de algodón. “Me pagan más por la soya tradicional, pero la transgénica rinde más y tiene más demanda”, cuenta Jenny Schmidt, quien posee una granja en Maryland.
POLÉMICA. En el Perú continúa la polémica sobre si se debe o no permitirse el ingreso de transgénicos. Está pendiente que se apruebe el reglamento de la Ley de Bioseguridad pues, sin él, no se debería hacer ni siquiera un experimento de laboratorio.
En caso de que esto se llevara a cabo no habría sanciones porque no existe un marco regulatorio.
El peligro de contaminación de los productos orgánicos y los posibles efectos nocivos en la salud de los consumidores son los dos principales argumentos de los detractores de la biotecnología, como el ministro del Ambiente, Antonio Brack, quien reclama una moratoria de cinco años para el ingreso de esos productos. A favor están especialistas como Alexander Grobman, asesor del Ministerio de Agricultura, que destaca los beneficios para mejorar los cultivos.
Próximamente será publicada una versión preliminar del reglamento de bioseguridad. La interrogante es si bastará una norma para reducir el riesgo que todo avance científico trae –y del que los transgénicos no están exentos– y, sobre todo, si nuestras autoridades están preparadas para hacer cumplir este marco regulatorio en beneficio de la agricultura y de la población.A los consumidores no nos queda más que estar bien informados para saber a quién confiar nuestra alimentación y nuestra salud.
Perú.21, 30/08/2008