miércoles, 22 de octubre de 2008

Manuel Luque: Los transgénicos y la seguridad alimentaria

El proyecto de ley de promoción de la biotecnología moderna en el Perú contiene artículos que promueven la introducción de organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos. Estos son aquellos a los que se les ha incorporado genes de otras especies para lograr una característica deseada.
Se atribuye a los transgénicos la solución de la crisis alimentaria del mundo por la mayor productividad en los cultivos, con beneficios de más tiempo de preservación del alimento sin refrigerar, menos necesidad de plaguicidas, resistencia de la planta a determinados virus o plagas, a sequías, a la salinidad del terreno, a temperaturas extremas y a patógenos; con genes que le dan propiedades repelentes a los insectos, a la tolerancia a herbicidas.
Se ha vinculado a la ingesta de alimentos transgénicos con afecciones alérgicas, resistencia a los antibióticos y casos de mutaciones genéticas. La Organización Mundial de la Salud reconoce efectos potenciales para la salud por transferencia horizontal de los genes, especificando que los genes modificados de los alimentos transgénicos poseen una persistencia de efectos imprevisibles.
La incorporación de transgénicos compromete la seguridad alimentaria del país, al generarse una dependencia económica continua de las semillas transgénicas (OGM), las que en este escenario no serán de libre disponibilidad para el agricultor, pues en cada campaña de siembra tendrá que comprarlas. Las patentes impiden que el agricultor las use para la siguiente siembra; de otra forma estaría violando el derecho de propiedad intelectual y dentro del alcance del TLC con EE.UU. la empresa transnacional propietaria de la semilla podría acudir a tribunales internacionales para hacer valer sus derechos de propiedad intelectual ante los agricultores nacionales.
Se corre el riesgo de que, al amparo del proyecto de ley, nuestros recursos autóctonos puedan ser modificados genéticamente y luego nos los vendan como semillas transgénicas al amparo de la 'propiedad intelectual', con el argumento de lograr mayor productividad. Ello puede suponer la pérdida de variedades de plantas, al privilegiar el cultivo de solo unas pocas con alta productividad y verse desplazadas las variedades autóctonas.
Uno de los argumentos que se esgrimen para la introducción de transgénicos en nuestro país es el de alcanzar mayor productividad en los cultivos. En el Perú no se logra ello por falta de mecanización en el agro, por ausencia de riego tecnificado y de asistencia técnica al agricultor. Primero debemos solucionar estas causas básicas y endémicas de la baja productividad de nuestro agro, antes de pensar en los transgénicos.
La invasión de semillas transgénicas nos pondría en un escenario de "contaminación genética", poniendo en riesgo nuestro patrimonio genético y alimenticio. Nuestras exportaciones agroindustriales podrían contaminarse genéticamente por la polinización cruzada de OGM de cultivos adyacentes vía el viento, insectos, aves y otros vectores polinizadores, como también los cultivos orgánicos de exportación, que generalmente son de comunidades campesinas y pequeños agricultores.
Una alternativa frente a los transgénicos es patentar nuestros recursos genéticos para no perder las oportunidades que ofrece el mercado y evitar así la biopiratería a partir de nuestra biodiversidad. El Estado debe impulsar la creación de bancos de genes regionales, orientados a identificar, caracterizar y patentar genes, excipientes y principios activos contenidos en nuestras diversas plantas con propiedades curativas, nutritivas o comerciales e impulsar industrias regionales para dar valor agregado a estos recursos.
El Comercio, 20/10/2008

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