jueves, 21 de agosto de 2008

El desarrollo de los transgénicos será supervisado y controlado

La biotecnología es una herramienta poderosa para la agricultura, sin embargo se ha formado un gran debate en torno a ella, específicamente el ingreso de las semillas transgénicas a nuestro país. Juan Risi, jefe del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), explica los beneficios que tendrá la reglamentación.
–¿Cuál es la situación actual de los transgénicos en el Perú?
En estos momentos los transgénicos en nuestro país están como esos cruces de calles que no están señalizados. Si hay un choque o accidente no se podrá saber quién tuvo la culpa porque no está adecuadamente señalizado. En buen romance, si mañana siembran transgénicos en el Perú no se puede hacer nada, no se puede prohibir ni aprobar.
–¿Hay algún caso específico?
Un ejemplo claro es el caso de Bolivia, no tiene un reglamento y ya está sembrado entre 300 mil y 500 mil hectáreas de soya transgénica sin ninguna norma. Ellos no hacen mucho escándalo porque es bastante beneficioso para sus agricultores.
–¿Cómo surge la controversia por los transgénicos?
En 1999 se promulgó la Ley de Prevención de Riesgos para el uso de la biotecnología moderna, es decir todo lo que es transgénicos o modificaciones genéticas. Esa Ley fue reglamentada en el 2002 y en ella se definió que la autoridad nacional sea el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y trabaje su reglamento. Se designó a tres autoridades: agricultura, pesca y salud, las que se encargaron de elaborar ese reglamento.
–Se dice que el reglamento abrirá paso a discreción de las semillas transgénicas.
Es totalmente falso. Este reglamento tiene tres acápites que echan por tierra esas versiones. Primero, se ha trabajado el registro de instituciones que puedan elaborar transgénicos, aspecto que permitirá vigilar el desarrollo de los mismos. Segundo, la aplicación de estas instituciones que puedan tener en las semillas para poder desarrollarlas en el país. Por último, la más importante, las sanciones, porque si se comprobara que alguien falsea información, tendrá una drástica pena.
–En suma, ¿qué garantiza este reglamento?
Este reglamento garantizará que no entren semillas transgénicas sin control, además permitirá que instituciones adecuadamente acreditadas manejen el tema presentando un plan de trabajo adecuado y debidamente supervisado.
–Sus críticos afirman que no se consultó a otras instituciones calificadas en el tema.
¿Lo hicieron?
Todo está en el reglamento, que no se lo puedo revelar ahora. En primer lugar se hizo en base de una consultoría que obra en el poder del Consejo Nacional del Ambiente (Conam), ahora Ministerio del Medio Ambiente. No es algo que se nos ocurrió, se siguió algunos lineamientos, se consultó a gente de universidades, pero entendemos que es un tema muy complejo que tiene que ser revisado por gente que entiende.
Tiempo de ingreso
–Una vez que se apruebe el reglamento, ¿cuánto tiempo le tomará a la compañía traer una semilla biomodificada?
Una vez que sí proceda no es inmediata su comercialización. Hay que iniciar las pruebas y estas tienen dos niveles. La primera prueba es a nivel de confinamiento, es decir en el laboratorio. La segunda es a un nivel de contención en áreas geográficas donde se evita todo contacto con otras plantas. Calculo que al menos pasarán cuatro años para que una semilla salga al mercado.
–¿Nos estamos alimentando con transgénicos?
No sé si directamente alimentos transgénicos, pero sí sus derivados. Y no se puede saber a ciencia cierta si plantamos semillas transgénicas porque no está reglamentada.
–¿Por qué dicen que estos alimentos contaminarán a otros?
Una planta trasngénica ha sido desarrollada para elevar la productividad del agro, entonces ¿qué cosa es contaminar? No tiene sentido.
–¿Cuál es el rol del Centro Nacional de Biotecnología Agropecuaria y Forestal?
Es un proyecto que nos ayudará a establecer un marco de bioseguridad. Lo que pensamos es trabajar en el desarrollo y la explotación de la biotecnología, que nos permitirá en el mejor de los casos identificar genes que pueden ser favorables para nuestro cultivo que se podría patentar para el beneficio de los agricultores.
Expreso, 21/08/2008

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