lunes, 7 de julio de 2008

Informe.21: Cultivos transgénicos cada vez están más cerca del Perú


Bióloga peruana advierte de los riesgos si se aprueba uso de estos cultivos en el país. Agricultores colombianos recomiendan uso de organismos modificados genéticamente.
Parece cuestión de tiempo la autorización de cultivos y comercialización de los controvertidos transgénicos -plantas cuyas características específicas han sido introducidas desde otros organismos mediante técnicas de ingeniería genética- en suelo peruano. Especialistas diversos se han expresado a favor o en contra de los productos biotecnológicos. Sin embargo, poco se sabe de lo que piensan aquellos que trabajan directamente con los también llamados Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Invitado por Monsanto -una de las tres compañías que lleva biotecnología a Colombia- Perú.21 llegó hasta los campos de cultivo de algodón y maíz transgénico en Ibagué, a 180 kilómetros al oeste de Bogotá.Fasael Guzmán Moscoso es un mediano agricultor que siembra mazorcas desde hace 20 años. Trabaja con las semillas de maíz modificado en un campo de cinco hectáreas en el municipio de San Luis. "Hace año y medio trabajo con este producto y es una experiencia que no tiene comparación", cuenta.Lo mismo dice Fernando Acosta, dueño de 150 hectáreas de maíz y 70 de algodón. "No abandonaré el cultivo de transgénicos", expresa. La principal ventaja de estos, según ambos agricultores, es el beneficio económico. Si el cultivo de maíz convencional le daba a Guzmán 118 dólares por hectárea, ahora obtiene con la biotecnología hasta 590 dólares más por la misma extensión de cultivo. "Con el producto tradicional no me quedaba nada. Con el transgénico me alcanza para pagarle los estudios a mis hijos", explica. Estas semillas de maíz y de algodón han sido intervenidas con genes que las protegen de plagas destructivas. Por ejemplo, Guzmán siembra el Yieldgard, tipo de maíz protegido contra un gusano comedor conocido como cogoyero. "El agricultor colombiano que siembra con biotecnología lo quiere seguir haciendo porque obtiene mayores rendimientos y baja los costos de producción, por eso cada vez hay más labradores que se deciden por estos cultivos", sostiene Alfredo Hernández Moreno, representante de ventas de la compañía estadounidense Monsanto, una de las tres corporaciones extranjeras que llevan a Colombia las semillas transgénicas. Para Hernández, el tema es claro. "Los transgénicos no son dañinos para la salud humana", afirma.

ALERTA. Sin embargo, la bióloga peruana Ymelda Montoro, de la Red de Acción en Agricultura Alternativa (RAAA) -que agrupa a más de 30 ONG defensoras del medio ambiente-, opina que las empresas que comercian con semillas transgénicas no quieren reconocer que dichos cultivos sí contaminan a otras plantas, lo que pondría en peligro la reconocida biodiversidad del Perú. "Brasil tiene soya modificada desde hace diez años y ya se han registrado problemas de contaminación en otros organismos vegetales", indica Montoro. De acuerdo a la bióloga, las semillas de OGM son compradas conjuntamente con el herbicida que se usa para controlar la maleza que crece alrededor de las plantaciones. "Las malezas se han vuelto resistentes al pesticida y los agricultores brasileños tienen que usar el doble de cantidad de ese veneno perjudicando el medio ambiente. Sin embargo, no saben con certeza cómo combatir esa situación", añade la especialista. El reglamento de bioseguridad que regularía la liberación de cultivos transgénicos en el Perú se encuentra listo para ser aprobado en el Congreso. Sin embargo, Montoro afirma que nadie sabe con precisión qué es lo que contiene dicha regulación, ni qué mecanismos se aplicarán para evitar la contaminación por propagación de otros cultivos. ¿Cuál de las partes tiene la razón? Solo el tiempo lo dirá.

Perú.21, 05/07/2008

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